DOVER – REINO UNIDO – VÍA FRANCÍGENA

Vista panorámica de Dover, mostrando el puerto, las embarcaciones y los famosos acantilados blancos en el fondo.

Dover: segunda parada de la Vía Francígena en Reino Unido

Tras salir de Canterbury, la Vía Francígena llega a Dover, una ciudad histórica y estratégica situada en el punto más estrecho del Canal de la Mancha, a solo 33 kilómetros de Francia. Desde tiempos muy antiguos, Dover ha sido la puerta de entrada a Inglaterra desde Europa, con un pasado que se remonta al neolítico y que fue clave durante la época romana, cuando era conocida como Portus Dubris.

La ciudad cuenta con un legado arquitectónico y cultural muy rico. Su símbolo más conocido son los imponentes acantilados blancos de creta, que dominan el paisaje y han inspirado leyendas y poesía. En lo alto de estos acantilados se levanta el castillo de Dover, una fortaleza monumental que comenzó a construirse en el siglo XII sobre una antigua fortificación romana. El castillo ha sido testigo de importantes momentos históricos y ha servido como bastión defensivo en numerosas guerras, destacando sus túneles subterráneos usados durante la Segunda Guerra Mundial.

Además, en Dover se encuentra la Maison Dieu, un edificio medieval que en su día fue un hospital y lugar de descanso para peregrinos que recorrían la ruta hacia Roma. Este edificio refleja la importancia que tuvo Dover como punto de acogida y tránsito para los viajeros que cruzaban a Europa.

Hoy, Dover combina su rica historia con su papel actual como punto de conexión por ferry hacia Francia, siendo un lugar imprescindible para quienes siguen la Vía Francígena y buscan adentrarse en la historia viva de Inglaterra.

VÍA FRANCÍGENA