LAON – FRANCIA – VÍA FRANCÍGENA

Laon: una joya medieval en el camino de la Vía Francígena

En el corazón de la región de Altos de Francia, Laon es uno de esos lugares que sorprenden a quien recorre la Vía Francígena, la histórica ruta de peregrinación que une Canterbury con Roma. Su silueta, visible desde varios kilómetros antes de llegar, está coronada por las torres de su catedral, que se alzan sobre una colina y dan la bienvenida a los caminantes con una estampa de cuento. Laon tiene un pasado fascinante. Durante la Edad Media, fue un punto clave tanto por su ubicación estratégica como por su importancia religiosa. De hecho, fue capital del antiguo condado de Laon y residencia frecuente de reyes carolingios. Hoy en día, recorrer sus calles empedradas es como hacer un viaje en el tiempo, con cada rincón contando una parte de su historia.

Uno de los grandes tesoros de la ciudad es la Catedral de Nuestra Señora de Laon, una de las primeras joyas del arte gótico en Francia. Su construcción comenzó en el siglo XII y todavía hoy impresiona por su elegancia y su armonía. Un detalle curioso que llama la atención a muchos visitantes son las estatuas de bueyes que adornan sus torres, en homenaje a los animales que ayudaron a levantar el edificio. Para los peregrinos, este lugar no es solo una visita obligada por su belleza, sino también un espacio de calma y reflexión en el camino.

Laon no es solo su catedral. La ciudad entera conserva un riquísimo patrimonio: murallas medievales, antiguas puertas fortificadas, iglesias, casas góticas y renacentistas, y espacios culturales como el Museo de Laon, donde se pueden conocer más a fondo la historia y la arqueología de la región. Además, tiene un ambiente tranquilo y acogedor, perfecto para hacer una pausa durante la ruta. Sus plazas, terrazas y pequeños restaurantes invitan a disfrutar de la gastronomía local y a reponer fuerzas con calma.

Dentro del itinerario de la Vía Francígena, Laon es mucho más que una simple etapa: es un lugar que deja huella. Su historia, su arquitectura y su entorno hacen que merezca la pena detenerse y explorarla con calma. Ya sea que estés recorriendo toda la ruta o solo un tramo, Laon es una parada que te regala vistas espectaculares, momentos de tranquilidad y una conexión especial con el pasado. Una ciudad que sabe recibir al viajero y que guarda en cada piedra una historia por descubrir.

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