Sal 1, 1-2.3.4 y 6 – Aleluya

Sal 1, 1-2.3.4 y 6
R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.

R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.

R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.

R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

Aleluya
Aleluya, aleluya, aleluya.

El Señor llega, salid a su encuentro;
él es el Príncipe de la paz. R.