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Cuerpos lozanos que se abrazan creyendo sentir el paraíso entre su carne y en su piel.
El candor de tu fortaleza se manifiesta en la caricia recia que regalas en esos momentos terribles de la zozobra interior inesperada.
El avión ultramoderno de pasajeros se hace oír unos segundos desde su altura de mil pies, y, en la biblioteca de mi facultad, la atención se inquieta brevemente en los lectores para volver a retomar el hilo abstracto del pensamiento embriagador.
En la permanente testarudez de un sin fin de llamas fugaces el pensamiento se escapa buscando el calor incendiario de tu regazo maternal.
Cansado en el atardecer otoñal, al solaz del fuego del hogar, pensando –exhausto– en cómo he ido caminando con tirones de amor a lo largo y ancho de la vida siempre desconcertante.
Matar el tiempo escuchando aquella conversación infantil y sorprendernos en la valía de aquel diálogo aprovechado sin querer.
LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS)
En cada cumpleaños intentamos parar el tiempo para reflexionar sobre el tiempo.