LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – DIECISEIS

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)

DIECISEIS

¡Sólo a Ti se le podía ocurrir la barbaridad y la locura de pedirme que hiciera todo eso, cuando el loco soy yo, la barbaridad todo lo que pienso, proyecto y hago, y mi ser es la pura debilidad miserable y andrajosa hecha carne!

Vivo en un rincón abierto del mundo, protegido por tu sombra y aireado por la brisa serrana de su regazo maternal.

Esclavitud de la ignorancia que nos deja ciegos de solemnidad dando tumbos por las veredas simplonas sin poder admirar la riqueza inmensa y multicolor de la verdad.

Gentes de aquí y de allá: jóvenes, mayores, matrimonios, familias, enamorados; todos con el pan recién hecho bajo el brazo en la mañana de Domingo alimentando las grandes ilusiones escondidas en la rutina del final semanal.

Lidiar aquel embolado con la maestría de quien estaba curtido en mil batallas inesperadas, y terminar la faena con ese señorío magistral que deja al contrario en un lugar destacado sin ensañarse en la suerte.

Trabajar al ritmo sosegado que nos va marcando el despliegue de la vida que se abre paso testaruda, sin miedos y sin urgencias, seguros de la eficacia futura de cada detalle bien hecho y orientado.

El cenicero‑papelera en la limpia sala de espera hospitalaria evoca aquellos días tan lejanos cuando mi mujer fumaba despreocupada; y aquel otro día, también lejano, en el que, embarazada, decidió, con voluntad espartana y constancia plena, dejar de hacerlo.

Quien se obsesiona con la acumulación especulativa del dinero sin confiar en los profesionales financieros, pronto se le nubla la vista y acaba por perder la sensibilidad que se percibe en cada rincón del fugaz tiempo de la vida, y los tesoros gratuitos allí siempre escondidos.

Desde el descanso activo del desayuno acogedor, atisbo el girar rumboso de aquel ventilador rutinario, ajeno a tantas preocupaciones, facilitando el bienestar de los empleados madrugadores en aquel centro comercial recién abierto.

Esa impaciencia saltarina que nos asalta una y otra vez en las acciones más diversas, desguaza el acoplamiento tranquilo de las minucias temporales y espaciales retardando la llegada de la perfección y el éxtasis final.

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)