LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – TRES

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)

TRES

El patrimonio de cada quien, sea grande o pequeño, intelectual y físico, es un manantial inagotable de riqueza personal, familiar y social sabiendo cultivarlo creativamente con constancia, pericia y sana picardía servicial.

Los lirios de mi campo se encrespan vivaces en primavera rompiendo en irisaciones cuaresmales.

Palmera escondida que se manifiesta en el suave balanceo de su sombra.

Matar el tiempo escuchando aquella conversación infantil y sorprendernos en la valía de aquel diálogo aprovechado sin querer.

Aquellas huellas fugaces en la arena mediterránea recuerdan la sencillez desnuda del instante pleno que se escapa entre las olas.

Pregonero entre naranjales que sueña con la ilusión de  cantar verdades y no ilusiones.

Oigo el murmullo juvenil e infantil en el frío abril, ya en madurez, cuando aquel proyecto humano de mujer se abre paso sin querer entre mil peligros y tres mil afanes de seguir creciendo.

Intuyo tu amor inmenso y conozco la inmensidad sentida del mío, pero déjame que te diga que, algunas veces, sin sentir lo siento, y, otras tantas, sin querer te quiero.

Quietud tensa y abandonada de Sábado Santo que tras el sangriento sacrificio de la muerte espera impaciente el triunfo de la Vida.

La sencillez tornasolada ilumina el trasiego familiar cotidiano convirtiendo el gesto y la palabra de cada cual en verso noble y blasón triunfal.