PRECIOS JUSTOS EN LOS MERCADOS FINANCIEROS 

PRECIOS JUSTOS EN LOS MERCADOS FINANCIEROS 

         Como indicaba Peter Koslowski (1987) un conjunto de problemas éticos importantes aparecen en la fijación de los precios de los distintos bienes y servicios públicos o privados, también, y especialmente, en los mercados financieros. Así por ejemplo se requiere que el bien objeto de intercambio sea auténtico y no aparente, en el que no se saque provecho de esas falsas ilusiones creadas a través de la manipulación por parte del vendedor y sin haber creado un valor económico real. Todo un rosario de  operaciones éticamente condenables surgen de la simulación de circunstancias engañosas. Falsificación en definitiva.

          Los factores que más influyen en el precio relativo de un activo financiero frente a otros son los que definen sus rendimientos futuros esperados, su capacidad efectiva de liquidez (es decir de reconversión), y su riesgo. Cualquier nueva información que se adquiera sobre esos factores modifica instantáneamente el precio del activo. La distorsión y manipulación de la información provoca de inmediato falsedad en los precios de los diferentes activos.   Apuntes contables interesados, auditorías tergiversadas por la connivencia del auditor con su cliente, memorias que esconden todo lo negativo,   movimientos de autocartera para influir sobre la imagen de la compañía,… etc. son algunos casos de falseamiento de la información que en definitiva es, en el caso de los activos financieros, falseamiento del producto que se intenta vender. Como cada vez están más extendidos los activos financieros (opciones y futuros) cuyo  valor depende de aquel que alcance otro activo financiero sobre el que van referidos (activo subyacente), el falseamiento informativo en un valor da lugar a distorsiones en toda una amplia gama de activos concatenados en el sistema. El daño  causado no se puede cuantificar y es irreversible.

          En el falseamiento del producto se pueden mover muchos hilos del sistema con operaciones complejas de la mal llamada ingeniería financiera. Las operaciones se presentan con una aparente profesionalidad y solidez y el entramado de sociedades que intervienen directa o indirectamente en el proceso, no permite establecer claramente cuál es su auténtica entidad. Gran parte del negocio especulativo se basa en esa apariencia no verificable. Difuminar y falsear la claridad de la información en los mercados financieros es degradar el producto y restar credibilidad y eficacia a los precios que son el factor de coordinación de todo el sistema.

JJ Franch Meneu