6/1/2024 – Sábado de la 2ª semana de Navidad. Epifanía del Señor.

6/1/2024 – Sábado de la 2ª semana de Navidad. Epifanía del Señor. 1ª lectura La gloria del Señor amanece sobre ti Lectura del libro de Isaías 60, 1-6 ¡Levántate y resplandece, Jerusalén, porque llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti… Seguir leyendo 6/1/2024 – Sábado de la 2ª semana de Navidad. Epifanía del Señor.

7/1/2024 – Domingo. El Bautismo del Señor.

7/1/2024 – Domingo. El Bautismo del Señor. 1ª lectura Mirad a mi siervo, en quien me complazco Lectura del libro de Isaías 42, 1-4. 6-7 Esto dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones. No… Seguir leyendo 7/1/2024 – Domingo. El Bautismo del Señor.

Invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré
Lectura del libro de los Números 6. 22-27

El Señor habló a Moisés:

«Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con que bendeciréis a los hijos de Israel:

«El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz».

Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré».

Palabra de Dios.

Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8
R. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.

Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

R. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

R. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.

R. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.

SEGUNDA LECTURA
Envió Dios a su Hijo, nacido de mujer
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 4, 4-7

Hermanos:

Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción filial.

Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «¡Abba! Padre». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios.

Aleluya Heb 1, 1-2
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. En muchas ocasiones habló Dios antiguamente
a los padres por los profetas.
En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo. R.

EVANGELIO
Encontraron a María y a José, y al niño. Y a los ocho días, le pusieron por nombre Jesús
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 16-21

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacía Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.

Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto; conforme a lo que se les había dicho.

Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Palabra del Señor.

Quien teme al Señor honrará a sus padres.
Lectura del libro del Eclesiástico 3, 2-6. 12-14

El Señor honra más al padre que a los hijos y afirma el derecho de la madre sobre ellos.

Quien honra a su padre expía su pecado, y quien respeta a su madre es como quien acumula tesoros.

Quien honra a su padre se alegrará de sus hijos y cuando rece, será escuchado.

Quien respeta a su padre tendrá larga vida, y quien honra a su madre obedece al Señor.

Hijo, cuida de tu padre en su vejez y durante su vida no le causes tristeza.

Aunque pierda el juicio, sé indulgente con él y no lo desprecies aun estando tú en peno vigor.

Porque la compasión hacia el padre no será olvidada y te servirá para reparar tus pecados.

Palabra de Dios.

Sal 127, 1bcd-2. 3. 4-5
R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R.

R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R.

R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.

Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R.

R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.

SEGUNDA LECTURA
La vida de familia en el Señor.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 12-21

Hermanos:

Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad humildad, mansedumbre y paciencia.

Sobre llevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.

El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.

Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta

Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.

Sed también agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.

Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.

Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.

Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

Palabra de Dios.

Aleluya Col 3, 15a. 16a
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

La paz de Cristo reine en vuestros corazones
la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza. R.

EVANGELIO
El niño iba creciendo, lleno de sabiduría.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 36-40

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor.

Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

Palabra del Señor.

24/12/2023 – Domingo – Comienza La Navidad – Misa de medianoche.

24/12/2023 – Domingo – Comienza La Navidad – Misa de medianoche. PRIMERA LECTURA Un hijo se nos ha dado. Lectura del libro de Isaías 9, 1-3. 5-6 El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo;… Seguir leyendo 24/12/2023 – Domingo – Comienza La Navidad – Misa de medianoche.

The Holy Bible.

PRIMERA LECTURA
El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor.
Lectura del segundo libro de Samuel 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16

Cuando el rey David se asentó en su casa y el Señor le hubo dado reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán:

«Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios habita en una tienda».

Natán dijo al rey:

«Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está contigo».

Aquella noche vino esta palabra del Señor a Natán:

«Ve y habla a mi siervo David: “Así dice el Señor: ¿Tú me vas a construir una casa para morada mía?

Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. He estado a tu lado por donde quiera que has ido, he suprimido a todos tus enemigos ante ti y te he hecho tan famoso como los grandes de la tierra. Dispondré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que resida en él sin que lo inquieten, ni le hagan más daño los malvados, como antaño, cuando nombraba jueces sobre mi pueblo Israel. A ti te he dado reposo de todos tus enemigos. Pues bien, el Señor te anuncia que te va a edificar una casa.

En efecto, cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Yo seré para él un padre y el será para mí un hijo.

Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí, tu trono durará por siempre”».

Palabra de Dios.

Sal 88, 2-3 4-5. 27 y 29
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades». R.

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

«Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”;
le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable». R.

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

SEGUNDA LECTURA
El misterio mantenido en secreto durante siglos eternos ha sido manifestado ahora.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 16, 25-27

Hermanos:

Al que pueda consolidaros según mi Evangelio y el mensaje de Jesucristo que proclamo, conforme a la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora mediante las Escrituras proféticas, dado a conocer según disposición del Dios eterno para que todas las gentes llegaran a la obediencia de la fe; a Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios.

Aleluya Lc 1, 38
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra. R.

EVANGELIO
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

«Alégrate, llena de gracia, el señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:

«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».

El ángel le contesto:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».

María contestó:

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

Palabra del Señor.

17/12/2023 – Domingo de la 3ª semana de Adviento.

1ª lectura

Desbordo de gozo con el Señor.
Lectura del libro de Isaías 61,1-2a.10-11

El Espíritu del Señor, Dios, está sobre mí, porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para curar los corazones desgarrados, proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad; para proclamar un año de gracia del Señor.
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha puesto un traje de salvación, y me ha envuelto con un manto de justicia, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.

Salmo

Lc 1, 46-48. 49-50. 53-54
R. Me alegro con mi Dios.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones. R.

R. Me alegro con mi Dios.

Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación. R.

R. Me alegro con mi Dios.

A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia. R.

R. Me alegro con mi Dios.

2ª lectura

Que vuestro espíritu, alma y cuerpo se mantenga hasta la venida del Señor.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 16-24

Hermanos:
Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.
No apaguéis el espíritu, no despreciéis las profecías. Examinadlo todo, quedaos con lo bueno.
Guardaos de toda forma de mal. Que el mismo Dios de la paz os santifique totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, se mantenga sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
El que os llama es fiel, y él lo realizará.

Aleluya Cf. Is 61, 1 (Lc 4, 18ac)
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí:
me ha enviado a evangelizar a los pobres. R.

Evangelio

En medio de vosotros hay uno que no conocéis.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 6-8. 19-28

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran:
«¿Tú quién eres?»
Él confesó y no negó; confesó:
«Yo no soy el Mesías». Le preguntaron:
«¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo:
«No lo soy».
«¿Eres tú el Profeta?». Respondió: «No».
Y le dijeron:
«¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿Qué dices de ti mismo?»
Él contestó:
«Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías». Entre
los enviados había fariseos y le preguntaron:
«Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». Juan les respondió:
«Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que
no soy digno de desatar la correa de la sandalia».
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

8/12/2023 – Viernes de la 1ª semana de Adviento.
La Inmaculada Concepción de la Virgen María.

1ª lectura

Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer.
Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20

Después de comer Adán del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo:
«¿Dónde estás?». Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí». El Señor Dios le replicó:
«¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí». El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?». La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí». El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; ella te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».
Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Salmo: Sal 97, 1. 2-3ab. 3c-4
R. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

R. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia
y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.

R. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

R. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

2ª lectura

Dios nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3-6. 11-12

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él po r el amor.
Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
En él hemos heredado también, los que ya estábamos destinados por decisión del que lo hace todo según su voluntad, para que seamos alabanza de su gloria quienes antes esperábamos en el Mesías.

Aleluya Cf. Lc 1, 28. 42
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo,
bendita tú entre las mujeres. R.

Evangelio

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1.26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?». El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que
va a nacer se llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible». María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.

3/12/2023 – Domingo de la 1ª semana de Adviento.

1ª lectura

¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses!
Lectura del libro de Isaías 63, 16c-17. 19c; 64, 2b-7

Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre de siempre es «nuestro Liberador».
¿Por qué nos extravías, Señor, de tus caminos, y endureces nuestro corazón para que no te tema? Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad.
¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses!
En tu presencia se estremecerían las montañas. «Descendiste, y las montañas se estremecieron». Jamás se oyó ni se escuchó, ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por quien espera en él. Sales al encuentro del quien practica con alegría la justicia y, andando en tus caminos, se acuerda de ti. He aquí que tú estabas airado, y nosotros hemos pecado.
Pero en los caminos de antiguo seremos salvados.
Todos éramos impuros, nuestra justicia era un vestido manchado; todos nos marchitábamos como hojas, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tu nombre nadie salía del letargo para adherirse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas al poder de nuestra culpa.
Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú nuestro alfarero: todos somos obra de tu mano.

Salmo

Sal 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19
R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece;
despierta tu poder y ven a salvarnos. R.

R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

Dios del universo, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó,
y al hijo del hombre que tú has fortalecido. R.

R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti;
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R.

R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

2ª lectura

Aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1,3-9

Hermanos:
A vosotros, gracia y la paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Doy gracias a Dios continuamente por vosotros, por la gracia de Dios que se os ha dado en Cristo Jesús; pues en él habéis sido enriquecidos en todo: en toda palabra y en toda ciencia; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo, de modo que no carecéis de ningún don gratuito, mientras aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que seáis irreprensibles el día de nuestro Señor Jesucristo.
Fiel es Dios, el cual os llamó a la comunión con su Hijo, Jesucristo nuestro Señor.

Aleluya Sal 84, 8
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación. R.

Evangelio

Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 13, 33-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!».

The Holy Bible.

26/11/2023 – Domingo de la 34ª semana de Tiempo Ordinario. Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

1ª lectura

A vosotros, mi rebaño, yo voy a juzgar entre oveja y oveja.
Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11-12. 15-17

Esto dice el Señor Dios:
«Yo mismo buscaré mi rebaño y lo cuidaré.
Como cuida un pastor de su grey dispersa, así cuidaré yo de mi rebaño y lo libraré, sacándolo de los lugares por donde se había dispersado un día de oscuros nubarrones.
Yo mismo apacentaré mis ovejas y las haré reposar – oráculo del Señor Dios -.
Buscaré la oveja perdida, recogeré a las descarriadas; vendaré a las heridas; fortaleceré a la enferma; pero a la que está fuerte y robusta la guardaré: la apacentaré con justicia».
En cuanto a vosotros, mi rebaño, esto dice el Señor: «Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío».

Salmo

Sal 22, 1-2a. 2b-3. 5. 6
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar. R.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

2ª lectura

Entregará el reino a Dios Padre, y así Dios será todo en todos.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 20-26. 28

Hermanos:
Cristo ha resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre vino la resurrección. Pues lo mismo que en Adán mueren todos, así en Cristo todos serán vivificados.
Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después todos los que son de Cristo, en su venida; después en el final, cuando Cristo entregue el reino a Dios Padre, cuando haya aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la muerte.
Y, cuando le haya sometido todo, entonces también el mismo Hijo se someterá al que se lo había sometido todo.
Así Dios será todo en todos.

Aleluya Mt 11, 9. 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Bendito el reino que llega, el de nuestro Padre David! R.

Evangelio

Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis,
estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos, más pequeños conmigo lo hicisteis”.
Entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”. Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”. Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.
Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».