Hayek. Rasgos biográficos y características del contexto histórico e intelectual. – Apartado 3 – Capítulo 1 – Justicia y Economía

Justicia y Economía  ÍNDICE GENERAL CAPÍTULO  I    CONTEXTOS   HISTÓRICO   E   INTELECTUAL   DEL  SIGLO   XVI   Y DEL SIGLO  XX  EN  LA  ÓRBITA  ESPAÑOLA   Y  EUROAMERICANA MUNDIAL Apartado 3 Hayek. Rasgos biográficos y características del contexto histórico e intelectual. (…) la historia no se reduce a lo que se ha hecho y ha acontecido, sino también, y no… Seguir leyendo Hayek. Rasgos biográficos y características del contexto histórico e intelectual. – Apartado 3 – Capítulo 1 – Justicia y Economía

Uno de los méritos de Tomás de Mercado y de otros autores de la Escuela de Salamanca es que figuran entre los primeros que formularon la idea de la relación entre la cantidad de dinero y el nivel de precios. Qué parte del mérito de este descubrimiento corresponde a ellos y cual a autores extranjeros, sobre todo a Jean Bodin, es cuestión polémica. Larraz, en su mencionado libro, se ocupó ampliamente de ella y opinó que la mayor gloria corresponde a los españoles. No vamos a tratar de esta cuestión, porque nos alejaría demasiado del tema de nuestro estudio.

Lucas Beltrán, Ensayos de Economía Política, nº 14, Madrid, Unión Editorial, S.A., 1996.

“cuanto con mayor precisión se trate de medir la posición de la partícula, con menor exactitud se podrá medir su velocidad, y viceversa. Heisenberg demostró que la incertidumbre en la posición de la partícula, multiplicada por la incertidumbre en su velocidad y por la masa de la partícula, nunca puede ser más pequeña que una cierta cantidad, que se conoce como constante de Planck. Además, este límite no depende de la forma en que no trata de medir la posición o la velocidad de la partícula, o del tipo de partícula: el principio de incertidumbre de Heinsenberg es una propiedad fundamental, ineludible, del mundo.” 

Stephen W. Hawking, Historia del Tiempo, Editorial Crítica, S.A., 1988. Pág.83

LA «MANO INVISIBLE» SIEMPRE NUEVA

LA «MANO INVISIBLE» SIEMPRE NUEVA Enclaustrada en el capítulo II de La riqueza de las naciones, dedicado a las motivaciones de la división del trabajo -y en relación con ella- se encuentra explícitamente formulada la teoría de la mano invisible que, según la interpretación más extendida y que considero errónea, a través de la búsqueda… Seguir leyendo LA «MANO INVISIBLE» SIEMPRE NUEVA

El trabajo además no es homogéneo, ni es estático, ni está dado en cantidad ni sobre todo en calidad. El trabajo se forja especialmente en la familia. No sólo en el amplio período educativo sino también en los cada vez más amplios períodos llamados de ocio y tiempo libre que existen en la vida normal profesional. Con la decisiva influencia de la informática y las comunicaciones es creciente además la posibilidad de realizar muchas tareas profesionales en el hogar sin desplazarse al lugar formal de trabajo. El diseño y organización idónea de actividades en el ámbito familiar resulta decisivo para la formación y mejor prestación de los servicios laborales.

«La ilusión de poderes ilimitados, alimentada por los asombrosos adelantos científicos y técnicos, ha producido como consecuencia la ilusión de haber resuelto el problema de la producción. Esta ilusión está basada en la incapacidad para distinguir lo que es renta y lo que es capital, justo donde esta distinción importa más…: allí donde se trata del capital irreemplazable que el hombre no ha creado sino simplemente descubierto y sin el cual nada puede hacer.» Y añade Schumacher: «Uno de los más funestos errores de nuestra época consiste en creer que el problema de la producción se ha resuelto»

SCHUMACHER, Lo pequeño es hermoso, Hermann Blume, Madrid 1978, pp.13-14.

Salvo que el tiempo ha traído también el agrandamiento de las distancias entre Cristóferens y el mundo circundante. Pocos querrán ver en él a un portador de milagros, en vez del artífice de una negociación que pro­metió algo distinto de lo que muestra ser: la del esclavismo sobre tierras que en nada anuncian corresponder al Asia histórica. Es así, entonces, que si el Descubridor llega al final de sus días con una fe íntegra en los postulados de su construcción nadie deberá agradecérselo tanto como el historiador. Por­que le brinda con ello la última y mejor demostración acerca de la auten­ticidad de las creencias que fundó su ideación profético-cosmográfica. Y buena prueba, para mí, de que en la «maravilla» que dio origen a aquel edificio, hay que buscar las claves fundamentales de él.(…) Que la carrera de Colón haya tenido comienzo al modo paulino, en una llamada del Cielo para él evidente, constituye, como hemos ido viendo, una premisa capital para nuestro estudio. Y que debe quedar, por lo tanto, su­ficientemente consolidada. 

Pérez de Tudela y Bueso, Juan, Mirabilis in altis, Estudio Crítico sobre el origen y significado del  proyecto descubridor de Cristóbal  Colón, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones  Científicas, 1983, p. 93.

La peculiaridad de cada ser, su diferencia individual, lejos de estorbarle para captar la verdad, es precisamente el órgano por el cual puede ver la porción de realidad que le corresponde. De esta manera, aparece cada individuo, cada generación, cada época como un aparato de conocimiento insustituible. La verdad integral sólo se obtiene articulando lo que el prójimo ve con lo que yo veo, y así sucesivamente. Cada individuo es un punto de vista esencial. Yuxtaponiendo las visiones parciales de todos se lograría tejer la verdad omnímoda y absoluta.

Ortega y Gasset, El tema de nuestro tiempo, Alianza Editorial, Madrid, 1987. p. 151.

Este proceso, este método, necesario para la supervivencia y la prosperidad del hombre en la tierra, ha sido a menudo ridiculizado como excesiva o exclusivamente «materialista». Pero debe quedar bien en claro que lo que acontece en esta actividad específicamente humana es una fusión de «espíritu» y materia: la mente humana, al utilizar las ideas que ha aprendido, dirige su energía transformadora y remodeladora de la materia por caminos que sustentan y elevan sus necesidades y su vida misma. Al fondo de todo bien «producido», al fondo de toda transformación de los recursos naturales efectuada por el hombre, hay una idea que dirige el esfuerzo, hay una manifestación del espíritu.

Murray N. Rothbard, La ética de la libertad, Pág. 62.