CITAS DE LIBROS

Por supuesto este no es el caso de desarrollar toda una teoría en torno a la metáfora, por lo que no voy a contemplar las variadas definiciones que en torno a la misma han surgido en los últimos años. En líneas generales me centro en los aspectos clásicos de considerar tropo o metáfora a aquella palabra o palabras percibidas como a-normales en el uso cotidiano, es decir, términos que escapan al uso normal de la lengua. En esta línea se encuentra el trabajo de Albert katz, al referir su experiencia con su hija, indicándonos el modo de reconocimiento metafórico, cuando al decirle: “The grass is greener on the other side” , la niña, de cinco años le indica que reconoce las palabras pero no lo que quiere decir y afirma con Winner que los niños son capaces de reconocer el uso no literal del lenguaje antes de conocer su existencia.

   Inicialmente parto de tres hipótesis: En primer lugar la diferenciación según la psicología en tres tipos de inteligencia, estudiadas como capacidades de los niños. A) Lógico-matemática B) Manipulativa C) Creativa. En segundo lugar se trata de relacionar el lenguaje, en este caso el castellano,  con las tres capacidades citadas. Al analizar el desarrollo del castellano nos damos cuenta de la afluencia de metaforización que dificulta el proceso de traducción a otros idiomas, en este apartado cabe preguntarse por qué se origina esta afluencia. Si relacionamos esta capacidad metafórica con los tres tipos de inteligencia, indudablemente con la que se  relaciona es con la inteligencia creativa.  En tercer lugar, esta inteligencia creativa y la capacidad metafórica convertiría en “casi natural” tras el proceso del Modernismo y  la Vanguardia  la aparición de lo real maravilloso y del Realismo mágico avalados además por ser el castellano una lengua constantemente en contacto con otras culturas durante la etapa de su conciencia como idioma. 

Rocío Oviedo y Pérez de Tudela, “Creatividad y metáfora: el ejemplo del castellano y la literatura hispanoamericana” , 2º Congreso de la Asociación coreana de hispanistas, Alcalá de Henares, 27 a 29 de junio de 2002.

CITAS DE LIBROS DE ECONOMÍA, DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA – 1

CITAS DE LIBROS

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CITAS DE LIBROS DE ECONOMÍA, DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA POR AUTORES

CITAS DE LIBROS DE ECONOMÍA, DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

 Redes y productividad en la naturalezaTrabajo en red y productividad tecnológica crecienteSobre la población y los recursosDinamismo económico, tiempo y cienciaEl papel del Estado en la EconomíaLa unidad en la diversidad armonizadaPersona humana y patrimonio personal

Para los austriacos la concepción subjetivista consiste en el intento de construir la Ciencia Económica partiendo siempre del ser humano real de carne y hueso, considerado como actor creativo y protagonista de todos los procesos sociales. Por eso, para Mises, “la teoría económica no trata sobre cosas y objetos materiales; trata sobre los hombres, sus apreciaciones y, consecuentemente, sobre las acciones humanas que de aquéllas se deriven. Los bienes, mercancías, las riquezas y todas demás nociones de la conducta, no son elementos de la naturaleza, sino elementos de la mente y de la conducta humana. Quien desee entrar en este segundo universo debe olvidarse del mundo exterior, centrando su atención en lo que significan las acciones que persiguen los hombres.” 

Ludwig von Mises, La acción humana: Tratado de economía, 5ª edición española traducida por Joaquín Reig Albiol y publicada con un “Estudio Preliminar” de Jesús Huerta de Soto, Unión Editorial, Madrid, 1995, (6ª. ed., 2001), pp. 111-112.

Más adelante, en la p. 169, Mises añade, en la misma línea, que “la producción no es un hecho físico, natural y externo; al contrario, en un fenómeno intelectual y espiritual”.

Jesús Huerta de Soto,  Nuevos Estudios de Economía Política, Nueva Biblioteca de la Libertad, 30, Madrid, Unión Editorial, S.A., 2002,  p. 27.

CITAS DE LIBROS DE ECONOMÍA , DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA POR AUTORES

(…) sin duda no es salirse del ámbito de la realidad el ver en esos esfuerzos de superación un nuevo brote de aquel llamamiento que formó –con el “misterio” familiar y el culto de la ciudad- las normas de la Primera Edad: “el sentimiento de lo sagrado”.

 Se le creía abolido. Pero hay que confesarlo: el “progreso” no ha destruido a esta llamada suprema, como la química no ha destruido a lo sagrado (o lo secreto) de la MUERTE, ni la fisiología a lo sagrado del AMOR, ni la sociología al del HONOR, ni la técnica a lo sagrado del ARTE. No sólo lo material no ha ahogado a esta palpitación del más allá, sino que además la requiere, la espera, la exige, so pena de dejar reinar, en las delicias de la técnica, los horrores del tedio. Interrogad a los testigos y hasta las imágenes de los Estados Unidos, de Escandinavia, de Rusia… Se quiere hacer del hombre un animal superior. Se le fabrica una colmena perfecta. Y él bosteza…

 Os  homini sublime dedit, coelumque tueri

Jussit ad sidera tollere vultus.

De aquí esta curiosidad inquieta, este apetito por la cultura, esa necesidad de “terciario” (…)

De aquí también esa eflorescencia de místicas que pueden conducir a las peores aberraciones, pero también devolver a un mundo, aturdido de progreso, el sentido de sus fines.

La última lección de nuestro tiempo nos parece, pues, ser, en definitiva, que la economía no basta al hombre. Es la lección de los hechos. Es la promesa del porvenir. Y es también la lección que nos ha legado el más ilustre de los economistas contemporáneos:

 “Así –escribía Keynes en sus Ensayos de Persuasión- el autor de estos Ensayos, a pesar de todos sus “graznidos”, espera y cree todavía que no está lejos el día en que después de relegado el problema económico al segundo plano a que pertenece, el ámbito de nuestro corazón y de nuestro cerebro será ocupado o reocupado por los problemas verdaderos, problemas de vida y de las relaciones humanas, de la creación, de la moral y de la religión”

 J. M. Keynes, Ensayos de persuasión, trad. Franc. N.R.F., 1933, p. 7 citado por Andre Piettre, Las tres edades de la economía, Madrid, Editorial Rialp, S.A., 1962, pp. 372-373.

Aunque cada conjunto de circunstancias que caracterizan una situación económica concreta es radicalmente original e irrepetible, conviene de vez en cuando sobrevolar el análisis coyuntural que nos atenaza, para contemplar el presente de cara al futuro con la perspectiva histórica que da la experiencia pasada. Si la economía tiene, respecto a las ciencias de la naturaleza la desventaja de no poder realizar experimentos de laboratorio, tiene también la ventaja (por ser una ciencia humana) de poder aprovechar la introspección personal y ser así capaces de estudiar las constantes históricas del despliegue de las características básicas de esa naturaleza humana.

Marshall  en sus Principios de Economía definía la Economía como:

«el estudio de las actividades del hombre en los actos corrientes de la vida; examina aquella parte de la acción individual y social que está íntimamente relacionada con la consecución y uso de los requisitos materiales del bienestar. Así, pues, es, por una parte, un estudio de la riqueza, y, por otra -siendo ésta la màs importante-, un aspecto del estudio del hombre