LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – DIECISIETE

LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) DIECISIETE No me digas que los españoles son envidiosos y quijotes, o que los árboles dan sombra, sino que dime más bien que la envidia estimulada por Carmen no deja pensar a su cuñado Pedro en su madurez; que mi amigo Juan, espoleado por la lectura y contemplación de tantos… Seguir leyendo LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – DIECISIETE

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)

DIEZ

Cansarme de estar quieto y descansar corriendo.

Entrevistar con tesón y picardía a uno mismo para saber quien soy y hacia dónde quiero ir yendo.

Manifestando la variedad y nimiedad de un enjambre de mosquitos arremolinados al trasluz del sol que atardece.

Arizónicas verdes y esplendorosas por fuera, pero resecas y cadavéricas por dentro ante la falta de luz vivificante.

Se encontró con un tigre salvaje domado por la suavidad del jazmín amanecido.

El odio de la injusticia  se instala siempre, como fuerza agresiva y exclusiva, en los entresijos de la mente, llenándola toda entera, dejándola inactiva, y condenándola a estar llena de vacío.

Servir mejor a los demás concentrándonos en lo nuestro que siempre es un mundo sorprendente e inabarcable entrelazado con todo lo demás y con todos los demás.

Oír tu voz femenina y maternal aunque me encuentre a mil kilómetros de distancia, y escucharla algunas veces más que si  me encuentro abrazándote en la noche.

Sólo se vive una vez y hay que llenarla hasta desbordarse.

Dolor de pensarse. Dolor que acaba rompiendo en alegría.

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)

DIECIOCHO

Aquel cuchillo inofensivo sobre el blanco mantel de papel desmiente su esencia violenta y advierte que es tan sólo un instrumento dócil en las manos suaves o callosas, insidiosas, punzantes o cariñosas de aquellos humanos que lo utilizan en tan diversas circunstancias.

Frente al comensal pensativo, la jarra de agua acristalada se enorgullece de contener a la reina madre de la creación capaz de alimentar contenta y despreocupada vegetales y animales todos, generación tras generación, siglo tras siglo.

En una esquina del comedor universitario, esperando la ensalada de pimientos asados, la pluma vuela por el papel materializando ideas nuevas siempre viejas, y renovando la tarea literaria de observar por dentro ese cosmos inmenso tantas veces oscuro.

En el aparente descanso tras el no menos aparente trabajo, la mente recorre el acontecer coyuntural en alta mar de la tormenta financiera especulativa, y recuerda que lo más importante son las corrientes submarinas, el movimiento lento y testarudo de las aguas profundas: la intrahistoria económica.

Miro, y veo aquel rincón exhausto por la acumulación de enseres que lo aprisionan.

Obelisco hercúleo que se derrumba ante el soplo suave de un infante prodigioso.

Camina cabizbajo buscando cómo intrigar para favorecer los rescoldos de esperanza que anidan en el corazón humano.

Saber aburrirse ante la incapacidad y el error humano provocado por la hiperinflación frenética de la actividad.

Accionar el resorte que pone en marcha el bucle de la sinrazón.

Lesión cadavérica consecuencia del error activo que sobrepasa la proporción armónica de todo ser conformado a su ritmo vital.

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)

UNO

Recordando la amnesia de quien quedó estupefacto al vislumbrar la cascada de sinrazones que se avecinaban.

Insignificancia escondida que, desde aquel hondón planetario, aspira a ser piedra angular.

Sentirse embarcado en el laberinto inconcebible de la vida donde un suspiro permite atisbar y esperar una salida triunfal en aquel mar de recovecos dubitativos.

Aquella selva de muerte donde la vida se abre paso cada día.

Cuerpos lozanos que se abrazan creyendo sentir el paraíso entre su carne y en su piel.

Empanada gráfica que, tras el esfuerzo de comprensión, deja un poso de escepticismo en quien creía entender los entresijos económicos.

Dejarse llevar impotente y sin rumbo, pero, en la galbana, encontrar siempre un sentido activo interior que nos devuelve el ser y el ánimo de seguir queriendo.

Pintarrajear el mundo con la ignorancia bien intencionada que busca el servicio ajeno.

Balbuceo empresarial que abre el camino para un sin fin de esperanzas nuevas.

El parpadeo electrónico despierta la somnolencia de la rutina activando el aliento inteligente que busca alcanzar la meta tantas veces ansiada.

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)

LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – CUATRO

CUATRO 1 El frío primaveral estimula el calor familiar que medita, charlando junto a la hoguera, cómo seguir amando. 2 En la permanente testarudez de un sin fin de llamaradas fugaces, el pensamiento se escapa buscando el calor incendiario de tu regazo maternal. 3 Aquel amigo guardia civil se aniñaba con fortaleza militar abrazando y… Seguir leyendo LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – CUATRO

LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – DIECISEIS

LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) DIECISEIS ¡Sólo a Ti se le podía ocurrir la barbaridad y la locura de pedirme que hiciera todo eso, cuando el loco soy yo, la barbaridad todo lo que pienso, proyecto y hago, y mi ser es la pura debilidad miserable y andrajosa hecha carne! Vivo en un rincón abierto… Seguir leyendo LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – DIECISEIS

La creación del instante (Memorias) – Capítulo SEIS

La creación del instante (Memorias) SEIS 1 Aquella cena doctoral coreana revela la grandeza de la variedad humana internacional, junto con la igualdad en lo que es fundamental. 2 El escudo universitario de tu Complutense me revela, una vez más, el misterio de dos caminos, dos mil caminos, tres, tres mil, … ,  que son… Seguir leyendo La creación del instante (Memorias) – Capítulo SEIS

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)

SIETE

Besos varoniles, de los que salen de lo hondo del corazón y explotan chispeantes, suaves y alegres en armonía luminosa de color en toda tu piel joven de mujer, especialmente en tus labios dulces y en tus ojos cariñosos que como sabes son siempre el espejo de tu alma radiante.

El rojo de aquellas velas enrojece el pensamiento queriendo descubrir tantos rincones de amor que son también de dolor.

En el trono de tu querer soberano quiero estar siempre arrodillado contemplando mares y soñando imperios.

¡Cuántas locuras hacemos desnudos encendiendo amores e incendiando altares!

El café con leche matinal, al acariciar la reciedumbre dormida, despierta el afán de aventura heroica cotidiana.

Partida de mus en La Zenia alicantina que, recordando al padre, descubre en la picardía ingenua la valía y madurez del hijo quinceañero.

La multitud de la descendencia, multiplicada a través de los siglos, hace pensar en la verdad del hombre de las mil caras.

Aquel vestido rosa de la alegría, con el que muchas veces te veo en el recuerdo, viste tu cuerpo cada mañana con terciopelo multicolor.

Cuando la debilidad, casi total, se apropia de mí, no quiero abandonar el camino de la paz sino pensar mejor y recordar que, sin saber cómo, en lo más débil se encuentra la fortaleza más vigorosa.

En el parking, casi solitario, de aquel pequeño supermercado, donde se contempla El Abajón, renové esta tarea amable de escribir pensando, sabiendo que bien puede dar sentido a una vida que se escapa tantas veces en minucias urgentes e inútiles.

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)

CATORCE

Quizás tengan razón aquellos que consideran las matemáticas como el disfraz de la ignorancia, y la geometría como una prisión de artificios hiperbólicos.

Buscar un libro,  encontrar la cita y desbrozar la idea entre el cuchicheo estudiantil de biblioteca.

Con la disculpa de los días de locura cuerda quiero gritar enamorado: ¡bendita sea la madre que te parió!

Aquel grupo estudiantil era un pequeño mundo humano en vibración creciente.

A través del calor de la mirada descubrimos el porte maternal y la originalidad de esta patria chica, grande como pocas.

Dar vida a la ilusión, atraerla desde el mundo mítico de los sueños y hacerla realidad cotidiana.

Salir de la fría oscuridad fantasmal para volver a la claridad silente y matizada en su luz.

Formas onduladas de mujer que nublan el pensamiento y la mirada; que explotan en alegría dulce, y acaban gestando una nueva vida, mil vidas, millones de vidas.

Mediocridad de quien se cree alguien cuando no es nada más que abrojos traidores para la goma del ciclista.

Huir de lo beato y religioso explícito que acaba emborrachando y haciendo perder el norte de lo espontáneo y de la realidad desnuda.

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)

LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – DOS

LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) DOS Esclavitud que libera en la obediencia libre de quien se siente atraído por el sueño guerrero de la paz. Ingratitud de quien se obceca en el derecho a ser siempre servido sin haber sido nunca servidor. Desliz del Soberano que engendra en el auditorio la vergüenza ajena y el… Seguir leyendo LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – DOS