La creación del instante. (Memorias) – ONCE

LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) ONCE Investigar por dentro en nuestro mundo original, y descubrir al fin que no es original sino universalmente peculiar. Como el vino acaba emborrachando por muy fuerte y habituado que se encuentre el cuerpo, así el rezar, también a pocos, acaba emborrachando de locura a quien como yo, quiere conseguirlo… Seguir leyendo La creación del instante. (Memorias) – ONCE

Figurar en el listín telefónico, tener un par de amigos leales, ver crecer aquel árbol que planté, seguir siendo universitario con ímpetu renovado, ser un buen hijo de mis padres, un mejor padre de mis hijos,  un esposo recio siempre más enamorado de la mujer, rescatar la fuerza escondida de la vida y permanecer impasible ante el viento huracanado: a eso aspiro.

Aquellos días de mayo, recostado en la hierba, aprendí de nuevo aquella lección inolvidable e inexpresable que nos dice cómo el amor está ligado a la verdad, y que las intuiciones y reflexiones intelectuales, si son verdaderas, nunca aparecen en la frialdad ni en la agitación del alboroto nervioso.

La creación del instante. (Memorias)

LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – QUINCE

LA CREACIÓN DEL INSTANTE(MEMORIAS) QUINCE Hipocresía del rezo embriagador que puede derivar en pereza física y mental. Reír llorando y amanecer durmiendo. Sólo mucho después de acontecido, o quizás nunca, se reconoce lo decisivo y original de cierta circunstancia, de tal gesto, de aquel grito o de aquel silencio. Donar la Tierra. La economía es… Seguir leyendo LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – QUINCE

LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – TRES

LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) TRES El patrimonio de cada quien, sea grande o pequeño, intelectual y físico, es un manantial inagotable de riqueza personal, familiar y social sabiendo cultivarlo creativamente con constancia, pericia y sana picardía servicial. Los lirios de mi campo se encrespan vivaces en primavera rompiendo en irisaciones cuaresmales. Palmera escondida que… Seguir leyendo LA CREACIÓN DEL INSTANTE (MEMORIAS) – TRES

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
(MEMORIAS)

DOCE

Centrados y concentrados en nuestra tarea única y distinta vivimos una sola vez, y somos -cada uno- todo siendo nada: un nombre que se va llenando de contenido y de amor con el paso del tiempo renovado.

No pierdo el tiempo sino que estoy, tranquilo, ganándolo.

Sólo se vive una vez: ¡qué misteriosa responsabilidad!

Nuestra vida puede ser  una locura de amor continuada.

Embarrancar de impaciencia en la aparente rutina cotidiana.

Enmudecer ante la explanada azulada y abierta del mar inmenso.

Con la insolencia ridícula de un perro faldero.

Con un alarde de inoperancia

Vivimos abrigados por el tiempo de la eternidad.

Un suave y pacífico huracán de aire fresco.

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
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LA CREACIÓN DEL INSTANTE
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TRECE

Aluvión de placeres que se esfuman en un santiamén.

Soldadesca empresarial que rezuma valor ante el riesgo siempre omnipresente.

El bombardeo estadístico es como un hormigueo perturbador que distorsiona la valía original de cada acontecimiento.

Serenidad de sufrir y envejecer amando.

Humareda que se levanta al juntar agua y fuego en la fronda enrojecida por las brasas de la hoguera encendida.

Con la fuerza sorprendente de un ademán soñoliento.

Picardía empresarial que sabe guardar el secreto innovador para sorprender después con la explosión servicial.

Ser anacoreta en pleno trasiego de nuestro mundo hiperactivo y estridente; en medio, por ejemplo, de un partido de fútbol de alto riesgo con cien mil espectadores.

Somos todos, en nuestra aparente pequeñez, héroes épicos, libertadores de patrias, príncipes de abolengo o descubridores de nuevas rutas y de nuevos mundos.

El ingenio y el talante innovador sólo se consiguen con una esforzada y continua lucha por escabullirse de los modos de pensamiento ya firmemente afincados en nuestro subconsciente, y de escapar de las formas de expresión habituales.

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
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CINCO

1

El tubo abierto de la pasta de dientes recuerda el despiste apresurado de quien no está en lo que hay que estar.

2

La espesa arizónica de nuestro mundo interior protege la debilidad de cada cual y facilita el descubrimiento de la inmensa riqueza encerrada en cada parcela del ser.

3

¡Cuánta sabiduría enjaulada entre los libros y cuadernos de primaria, olvidados en las estanterías amaderadas del sótano acogedor!

4

El Big Ben de relojes, enmarcado en dorado, recuerda al hermano viajero que, confuso, perplejo y ofuscado, huye del hijo y de su madre para adentrarse loco en la maraña aparentemente liberadora del placer tentador.

5

El farol del porche, que diviso entre rejas de madera y barrotes barrocos de escalera, recuerdan aquel consejo alegre del amigo en momentos cruciales del noviazgo esperanzador: ¡adelante con los faroles!

6

Paciente boya en el río que anhela hundirse y flotar con intermitencia para fotografiar entonces el rostro jubiloso de aquel chaval pescador.

7

Busco en la memoria y encuentro entre vaguedades el perro rabioso que la cadena frenó, el jazmín en aquella escena del dolor a la muerte de mi padre, y aquel baile en amarillo en la isla de nuestra luna de miel.

8

Imagino el futuro lejano, y lo veo pacífico y luchador avanzando sin parar al ritmo armonioso, ecológico, de la vida.

9

Los rizos de aquel churumbel, el guiño de aquella mujer, la mirada alicaída del adolescente que se cree fracasado.

10

Cansancio primaveral de quien se agota amando entre el florecer de almendros, cerezos y albaricoqueros.

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
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LA CREACIÓN DEL INSTANTE
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NUEVE

Con la inutilidad y el sarcasmo de un radiador apagado   y frío en pleno invierno.

Esfuerzo continuado y colosal de no querer ser especial ni raro, sino normal: uno más, corriente, vulgar y anónimo sin dejar de servir escondido y sin que se note nada de nada. Desapegarme de los demás apegándome a los míos y a lo mío, pero sin exaltación, con moderación; con la paz y serenidad de un anciano confiado.

Cansado en el atardecer otoñal al solaz del fuego del hogar, pensando exhausto en cómo he ido caminando con tirones de amor a lo largo y ancho de la vida siempre desconcertante.

Soñar la economía doméstica, toda proporción y alegría vivaz que encandila.

Soñar que sueño y despertar soñando.

Engranaje de la vida cotidiana.

Guiso inevitable en la cercanía del mediodía invernal

Ritmo cansino del anciano atardecer cuando la juventud del día se  alejó corriendo.

Andar los minutos frenando el ímpetu que estropea el buen hacer que se encuentra en cada segundo consciente.

Anidar en tus brazos leyendo tu rostro que resplandece claridad en tus ojos chispeantes.

LA CREACIÓN DEL INSTANTE
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