Miguel Ángel Asturias Nacido en 1899 en Guatemala y fallecido en 1974 en Madrid, Miguel Ángel Asturias es el escritor guatemalteco más conocido y de obra mejor divulgada internacionalmente. Ante todo cabe observar la coherencia de su recorrido humano y literario, pues toda su producción está dominada por dos impulsos: la reivindicación del ciclo cultural… Seguir leyendo MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS
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Ana María Matute Ausejo
Ana María Matute Ausejo (26 de julio de 1925, Barcelona – 25 de junio de 2014, Barcelona). Novelista y académica de la lengua desde 1996, ocupa un lugar preferente en la literatura infantil y juvenil española. Premio de Literatura Miguel de Cervantes 2010. Formó parte de la generación de los “jóvenes asombrados”, nombre que ella… Seguir leyendo Ana María Matute Ausejo
El hecho es que personas con disposiciones virtuosas, actuando en contextos institucionales en los que las reglas del juego son forjadas a partir de la presunción del comportamiento autointeresado (y racional), tienden a obtener resultados superiores respecto a los obtenidos por sujetos movidos por disposiciones egocéntricas. Un claro ejemplo: piénsese en las múltiples situaciones descritas por el dilema del prisionero. Si juegan sujetos no virtuosos –en sentido especificado supra- el equilibrio al que llegan es siempre un resultado suboptimal. Si en cambio quienes juegan son sujetos que atribuyen un valor intrínseco, es decir, no solo instrumental, a lo que hacen, el mismo juego conduce a la solución óptima. Generalizando, el hecho es que el sujeto virtuoso que opera en un mercado que se rige por el solo principio del intercambio de equivalentes «florece» porque hace lo que el mercado premia y valora, incluso si el motivo por el que lo hace no es la consecución del premio. En este sentido, el premio refuerza la disposición interior, porque hace menos «costoso» el ejercicio de la virtud.
Zamagni, Stefano, Heterogeneidad motivacional y comportamiento económico. Inst. de Investigaciones Económicas y Sociales «Francisco de Vitoria» (Madrid: Unión Editorial, 2006), pp. 71-72.
Centrados y concentrados en nuestra tarea única y distinta vivimos una sola vez y cada uno somos todo siendo nada: un nombre que se va llenando de contenido y de amor con el paso del tiempo renovado.
Lo singular precede y funda, en la realidad, a lo universal. Respecto al mundo que se nos muestra ante nosotros, la realidad verdadera no hay que buscarla «fuera» de él, sino dentro de él, en las sustancias singulares como las piedras, las plantas, los hombres… que cada uno encuentra en la vida cotidiana.
Fabro Cornelio, Percepción y pensamiento, (Pamplona, Ediciones Universidad de Navarra, S.A., 1978) p. 297.
Mirabilis in altis
Salvo que el tiempo ha traído también el agrandamiento de las distancias entre Cristóferens y el mundo circundante. Pocos querrán ver en él a un portador de milagros, en vez del artífice de una negociación que prometió algo distinto de lo que muestra ser: la del esclavismo sobre tierras que en nada anuncian corresponder al Asia histórica. Es así, entonces, que si el Descubridor llega al final de sus días con una fe íntegra en los postulados de su construcción nadie deberá agradecérselo tanto como el historiador. Porque le brinda con ello la última y mejor demostración acerca de la autenticidad de las creencias que fundó su ideación profético-cosmográfica. Y buena prueba, para mí, de que en la «maravilla» que dio origen a aquel edificio, hay que buscar las claves fundamentales de él.(…) Que la carrera de Colón haya tenido comienzo al modo paulino, en una llamada del Cielo para él evidente, constituye, como hemos ido viendo, una premisa capital para nuestro estudio. Y que debe quedar, por lo tanto, suficientemente consolidada.
Pérez de Tudela y Bueso, Juan, Mirabilis in altis, Estudio Crítico sobre el origen y significado del proyecto descubridor de Cristóbal Colón, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1983, p. 93.
Oscurece la tarde otoñal entre juegos infantiles que saltan y discuten con inocencia mientras, sereno y pensativo, espero la llegada de aquella en quien tengo puestas tantas esperanzas nuevas.
Esas colillas tiradas sobre el camino ajardinado de aquel centro escolar son signo de la impaciencia adulta de quien no está contento consigo mismo.
Amigos doctores, reunidos mensualmente en torno a una mesa, dialogando informalmente sobre los acontecimientos más variados, dando actualidad al pasado, anticipando el futuro y comentando el presente con la maestría desenfadada del profesor experimentado.
El catedrático brillante, el experto financiero y el amigo leal se fundían en aquella misma persona que ocuparía uno de los puestos mundiales más relevantes para el bienestar estable y el bien hacer cotidiano esperanzado activado por cientos de millones de ciudadanos del mundo.
A Eugenio Domingo Solans