Historia del Camino – Las peregrinaciones

Historia del Camino

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Habría que comenzar por decir que el fenómeno de las peregrinaciones es propio del género humano y de sus diversas religiones (los chinos peregrinaban al sepulcro de Confucio; los griegos a Delfos y Eleusis; los hindúes a la cuna de Krishna; los musulmanes a La Meca), de modo que es una manifestación anterior al cristianismo si bien éste lo asumió desde sus comienzos, pues ya en el siglo II se sabe de la existencia de peregrinaciones a Tierra Santa.

Hay un dato interesante sobre la denominación de los peregrinos en la guía El Camino de Santiago, en la cual se dice que a los peregrinos a Jerusalén se les conocía como palmeros, “porque solían traerse palmas como recuerdo, y los que lo hacían a Roma, a venerar la tumba de San Pedro, romeros, por razones obvias”. Por ello aclara, “Peregrinos, en sentido estricto, eran y son los que se encaminan a Santiago de Compostela. Por tanto, es una redundancia añadir el adjetivo jacobeo.” Y añade que en Galicia se les llamaba concheiros, por llevar como emblema la concha o venera, y en Francia jacquets, de Jacques (Santiago). Los caminantes provenían de todos los lugares de Europa e incluso de otros continentes. “En aquellos siglos de fe, peregrinos eran todos”, y el fin que los movilizaba era en esencia religioso: venerar la tumba de Santiago el Mayor. Sin embargo, se realizaban peregrinaciones por motivos menos espontáneos, como cumplir una promesa, como penitencia por pecados graves, como conmutación de una pena impuesta por delitos criminales y hasta por delegación (en cuyo caso, un tercero pagaba el servicio) o también por prestigio.

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