3.- El dinamismo impredecible de la persona humana en libertad. Sus leyes universales.

3.- El dinamismo impredecible de la persona humana en libertad. Sus leyes universales. Conviene detenernos en esa característica esencial de la persona que es su libertad y -a la vez y de forma indisociable- su responsabilidad. Necesitamos hacerlo así porque en aquellas ciencias en las que interviene el hombre como sujeto activo es preciso considerar… Seguir leyendo 3.- El dinamismo impredecible de la persona humana en libertad. Sus leyes universales.

El tiempo se despierta desde la reflexión (…)

Recordar es saber, cuando brota del tiempo interior, cuando emerge de la autarquía y de la mismidad. El tiempo de la anamnesia, de la reminiscencia, se despierta desde la reflexión, o sea desde la lectura de sí mismo. Entonces se descubren significaciones, intenciones, contextos. Emilio Lledó 

LA ECONOMÍA Y LA UNIVERSIDAD

Hay una mutua interdependencia entre progreso libre y búsqueda esforzada de la verdad, entre libertad y saber. La mejora en el conocimiento científico de todas las ramas del saber, incluyendo de modo especial las ciencias humanísticas, conlleva un progreso en la libertad humana y, en último término, una mejora notable sobre el valor económico del conjunto social. Es así como una institución, aparentemente antieconómica, se nos presenta como muy cercana al centro neurálgico promotor del auténtico crecimiento económico. La institución universitaria, cumpliendo lo más perfectamente posible su misión de adquirir, transmitir y hacer crecer el conocimiento de las distintas realidades, se convierte en trampolín de progreso social y económico.

Históricamente, el nacimiento y desarrollo de la civilización europea está enraizado con las épocas estelares del protagonismo social de las Universidades, que hacía posible la unidad y universalidad del saber, y que extendía sus virtualidades sobre el quehacer práctico de toda la sociedad.

          Quizás una de las causas de las crisis económicas sobre las que se especula con tanta profusión, sea la desintegración y aislamiento de la institución universitaria. La desintegración se produce por la multiplicación de centros y especialidades que puede romper la unidad clásica de los saberes y crear un confusionismo que perjudica a la propia institución. Cada especialidad y sección del saber reclama para sí un puesto esencial y definitivo rompiendo la armonía esencial de la realidad. La Universidad se disuelve en corpúsculos autosuficientes y la unidad del saber se dispersa en ideologías independientes y fraccionarias. La especialización es positiva, pero siempre que tenga el consiguiente contrapeso de unidad integradora. La unidad del saber debería llevar al proceso contrario unificador y complementario entre las distintas especialidades. Si se pierde confianza en la existencia de realidades objetivas universales, la docencia y la investigación pierden su sentido. Si no existe un esfuerzo por acercarse a la verdad se pierde el espíritu universitario creador y, de rebote, se pierden cotas de auténtica libertad.

          Si se consiguen vencer las tendencias empobrecedoras, la Universidad puede convertirse de nuevo en protagonista importante en la mejora, también económica, de la sociedad. Enseñar a saber y enseñar a trabajar adecuadamente son fines universitarios que acaban transmitiendo su potencial al valor económico.

FUNCIÓN ÉTICA Y ECONÓMICA DEL AHORRO

FUNCIÓN ÉTICA Y ECONÓMICA DEL AHORRO Audio del autor         Ludwig von Mises dejó escrito en «La acción humana»:»Si lo consumido supera a la renta, la correspondiente diferencia constituye lo que se denomina consumo de capital. Por el contrario, si la renta es superior al consumo, la diferencia es ahorro.(…) Cada paso… Seguir leyendo FUNCIÓN ÉTICA Y ECONÓMICA DEL AHORRO

DISCRIMINACIONES EN EL JUEGO ECONOMICO

     En toda economía de mercado que merezca el nombre de tal el marco jurídico en el que se desenvuelve debe ser sencillo y estable en tanto en cuanto si las reglas están sometidas a cambios continuos, la información que proporcionan llega a convertirse en estéril por superflua. El consentimiento voluntario de las reglas… Seguir leyendo DISCRIMINACIONES EN EL JUEGO ECONOMICO

FUNCIÓN ÉTICA Y ECONÓMICA DEL AHORRO

FUNCIÓN ÉTICA Y ECONÓMICA DEL AHORRO Audio del autor         Ludwig von Mises dejó escrito en «La acción humana»:»Si lo consumido supera a la renta, la correspondiente diferencia constituye lo que se denomina consumo de capital. Por el contrario, si la renta es superior al consumo, la diferencia es ahorro.(…) Cada paso… Seguir leyendo FUNCIÓN ÉTICA Y ECONÓMICA DEL AHORRO

«Aristóteles afirma en sus Tópicos -un libro raramente leído por los economistas- que se puede juzgar mejor el valor de un bien si lo añadimos a un grupo de mercancías o lo sustraemos del mismo. Cuanto mayor es la pérdida que experimentamos con la destrucción de ese bien tanto más «deseable» es esa mercancía». 

KAUDER: «Génesis de la teoría de la utilidad marginal, desde Aristóteles hasta finales del siglo XVIII»The Economic Journal, septiembre 1953en El pensamiento económico.. .

Lo singular precede y funda, en la realidad, a lo universal. Respecto al mundo que se nos muestra ante nosotros, la realidad verdadera no hay que buscarla «fuera» de él, sino dentro de él, en las sustancias singulares como las piedras, las plantas, los hombres… que cada uno encuentra en la vida cotidiana.[1]

[1] Fabro Cornelio, Percepción y pensamiento, (Pamplona, Ediciones Universidad de Navarra, S.A., 1978) p. 297.

Está claro que en el hombre todo es relevante y que la verdad del hombre no es un resultado, un mosaico de piezas: no es artificial. El hombre es unitario  a priori. El estudio analítico del ser humano y de su dinamismo no es el más apropiado. Si nos empeñamos en aplicarlo, la cantidad de efectos secundarios que surgen escapa a cualquier control. Si se admite que no tener en cuenta todos los factores es aconsejable (o inevitable), usar el método analítico es lo adecuado, pero si no se admite, es decir, si se advierte que aunque la ciencia no es sistemáticamente consistente, la realidad humana sí lo es (o más amplia que la ciencia), se hace necesario considerar los temas antropológicos de otra manera. 

Polo, Leonardo, Quién es el hombre, (Madrid: Ediciones Rialp, 1991), p. 46.

Se puede concluir que la percepción es una cierta «síntesis» de sensibilidad y de pensamiento. Mejor todavía, más que hablar de síntesis que suena demasiado a extrinsicidad, digamos que la misma percepción es un pensamiento, no puro y abstracto, sino en cuanto está objetivado inmediatamente en los contenidos sensibles; un pensamiento que «incorpora» a sí la experiencia. Por esto se ha dicho justamente que el momento esencial en la percepción es la «incorporación del significado» (micote). La percepción, por tanto, ni es sensación pura ni pensamiento puro; más bien se trata de «pensamiento vivido», al que no puede ser extraño el mismo pensamiento puro, y sin el cual no es posible formar alguna de pensamiento puro. En esta inmanencia de lo abstracto en lo concreto, y la correspondiente incorporación de lo uno en lo otro, las que posibilitan tanto nuestro pensamiento como nuestra percepción.

Fabro Cornelio, Percepción y pensamiento, (Pamplona, Ediciones Universidad de Navarra, S.A., 1978) p. 33.