FUNCION SOCIAL DE LOS MERCADOS FINANCIEROS

FUNCION SOCIAL DE LOS MERCADOS FINANCIEROS

           Los mercados financieros tienen una importancia vital para el desarrollo económico de un país puesto que permiten ajustar el comportamiento de ahorradores e inversores en el sofisticado, interdependiente y cambiante mundo actual.  El que esa canalización de fondos desde los prestamistas hacia los prestatarios se produzca con rapidez y flexibilidad, sin tensiones ni ineficiencias, facilita los pagos e intercambios en el sistema económico y permite materializar proyectos empresariales con mayor premura y eficacia. Esos mercados: ponen en contacto con fluidez a los diferentes agentes; son un mecanismo apropiado, si se establecen con claridad reglas  del juego no discriminatorias, para fijar ese justo precio de los activos; permiten proporcionar con prontitud liquidez a esos activos y reducen los plazos y costes de intermediación.

          Si entendemos por liquidez la certeza y facilidad de convertir en dinero a corto plazo y sin pérdidas los activos que se posean; por rentabilidad la capacidad de un capital invertido de producir una renta; y por riesgo el elemento de incertidumbre que puede afectar a la actividad de un agente o al desarrollo de una operación económica; cada título lleva adherido una constelación concreta de liquidez, rentabilidad y riesgo que varía con el transcurso del tiempo. Según qué circunstancias de proporcionalidad se den en el ensamblaje del patrimonio de cada cual y en la composición de su cartera de valores, se dará màs o menos preferencia a la liquidez, a la rentabilidad o al riesgo.

          Al ser las situaciones de cada uno siempre distintas y cambiantes en el tiempo, los mercados financieros ejercen una función social de vital importancia para enlazar situaciones preservando la libertad y responsabilidad individual. Las valoraciones de los ahorradores pueden casar mejor con las pretensiones de los inversores si el funcionamiento de estos mercados es el adecuado. Pero, ademàs, la percepción de amplitud y facilidad de acceso fomenta el ahorro y la inversión dando riqueza de alternativas, seguridad y estabilidad al sistema. Ahorradores de hoy pueden ser inversores mañana y viceversa. Quien necesita liquidez puede encontrarla más fácilmente. Quien prefiera asumir riesgos o quien valore màs la seguridad, tendrá un abanico màs amplio de posibilidades y la amplitud de los mercados permitirá compartir, diversificar y hacer menos traumáticos esos riesgos. Ese clima de confianza en los mercados genera una espiral económica positiva de imposible cuantificación al ensanchar las posibilidades de los distintos proyectos empresariales y, en último término, la variedad de proyectos de vida.