Me ha sorprendido muy negativamente la noticia según la cual el Papa Francisco ordena personalmente que se reabra el caso en el Vaticano, se nombre nuevo tribunal eclesiástico y envíe una carta personal a una de las partes prejuzgando el caso del profesor de Gaztelueta que ya tiene sentencia firme en la Justicia española, Tribunal Supremo.
Lo más grave entiendo yo es que el Papa Francisco y la Santa Sede juzguen y sentencien un caso ya juzgado por el sistema judicial de otro país y sobre una persona laica cualquiera que no es eclesiástico y sobre la que entiendo no tiene jurisdicción terrenal.
Alguien tendrá que denunciar al Papa Francisco y a los tribunales de la Santa Sede ante los tribunales internacionales. Si se deja abrir ese portillo imagínense la cantidad de expedientes paralelos que se pueden abrir por el Papa y la justicia vaticana en todo el mundo y con sistemas judiciales diferentes.
Si esas noticias son ciertas son más tristes y graves aún para los católicos que sabemos que sólo Dios puede juzgar con verdad el corazón humano y que el mismo Hijo de Dios nos dijo imperativamente: No juzgueis y no seréis juzgados, perdonad y seréis perdonados. También sabemos que nadie se atrevió a tirar la primera piedra ante la mujer pecadora en presencia del Señor. Todos se retiraron empezando por los de más edad.
Triste, muy triste y grave noticia.
Jose Juan Franch Meneu
Ha sido más de 30 años profesor de Economía en la facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid y vocal del Tribunal de Defensa de la Competencia durante 5 años.
