¡Qué interdependencia más misteriosa que hace posible la presencia de lo lejano en lo cercano, lo universal en lo local, lo de los demás en lo nuestro, lo tuyo en lo mío, el mundo en mi mundo, el universo en nuestro universo, lo general en lo particular, lo grande en lo pequeño: estar allí estando aquí!
Para los austriacos la concepción subjetivista consiste en el intento de construir la Ciencia Económica partiendo siempre del ser humano real de carne y hueso, considerado como actor creativo y protagonista de todos los procesos sociales. Por eso, para Mises, “la teoría económica no trata sobre cosas y objetos materiales; trata sobre los hombres, sus apreciaciones y, consecuentemente, sobre las acciones humanas que de aquéllas se deriven. Los bienes, mercancías, las riquezas y todas demás nociones de la conducta, no son elementos de la naturaleza, sino elementos de la mente y de la conducta humana. Quien desee entrar en este segundo universo debe olvidarse del mundo exterior, centrando su atención en lo que significan las acciones que persiguen los hombres.”
Ludwig von Mises, La acción humana: Tratado de economía, 5ª edición española traducida por Joaquín Reig Albiol y publicada con un “Estudio Preliminar” de Jesús Huerta de Soto, Unión Editorial, Madrid, 1995, (6ª. ed., 2001), pp. 111-112.
Más adelante, en la p. 169, Mises añade, en la misma línea, que“la producción no es un hecho físico, natural y externo; al contrario, en un fenómeno intelectual y espiritual”.
Jesús Huerta de Soto, Nuevos Estudios de Economía Política, Nueva Biblioteca de la Libertad, 30, Madrid, Unión Editorial, S.A., 2002, p. 27.