AGOSTAMIENTO DE LA PROPIEDAD CREADORA 

AGOSTAMIENTO DE LA PROPIEDAD CREADORA 

          Para que todos los efectos beneficiosos de los mercados libres se hagan realidad en nuestras economías agostadas y acogotadas por el intervencionismo estatal y colectivo, es preciso ampliar el campo de ejercicio de la libertad y responsabilidad para potenciar la acción humana que transforma la materia sobre la que actúa. Ampliar el campo de la libertad es ampliar el campo de la propiedad privada de los bienes. Ser libre es poder serlo. Libertad, responsabilidad y propiedad están entrelazadas de forma radical: es la libertad la que posibilita el uso conveniente de la propiedad, y ésta la que enmarca el ámbito del derecho de libre disposición. Libertad y propiedad están imbricadas de tal forma que tan sólo puedo poseer lo que tengo si realmente puedo disponer flexiblemente de ello. Ser libre es saber lo que  se quiere y hacer lo que quiero… con lo mío. Como indica Mises, ni siquiera Marx se atrevió a negar que la iniciativa privada y la propiedad particular de los medios de producción constituyeron etapas insoslayables en el progreso que llevó al hombre desde su primitiva pobreza al más satisfactorio estado de la decimonónica Europa y Norteamérica.

          Expropiar coactivamente mediante impuestos una parte sustancial de las propiedades de la ciudadanía es echar paletadas de arena sobre el origen de la riqueza y cegar las fuentes más dinámicas del progreso económico. Cuando más del 50% de lo que se produce en un país pasa por el filtro gubernamental, la asignación y la eficacia de los recursos se empobrece. Cuando se utiliza la filfa de la educación «gratuita», la sanidad «gratuita» o las subvenciones «gratuitas», se está engañando a la ciudadanía. La educación o la sanidad nunca son gratuitas puesto que siempre implican un uso y consumo de recursos que tienen un costo y que posiblemente será más alto si su producción es pública que si fuese privada y en competencia. El pago de esos elevados costes proviene de los ingresos tributarios que pagan los contribuyentes. Como las clases bajas y medio bajas tienen menos posibilidades de eludir legal o ilegalmente impuestos, y como se incrementan los impuestos indirectos con directa repercusión sobre estos sectores de población, el resultado final acabará siendo regresivo. Se pagará más, pagarán más proporcionalmente, tendrán menos libertad de elección las capas de población más desfavorecidas y se desincentivará la oferta diversificada y el trabajo innovador cualitativamente mejor hecho. Libertad es poder de disposición sobre lo propio, libertad de elección. Si el poder económico ganado con el trabajo es coactivamente expropiado por el gobierno, la libertad retrocede y con ella la acción humana creativa y enriquecedora.

JJ Franch Meneu