SALMO 88

SALMO 88 1 Canto. Salmo de los hijos de Coré. Del maestro de coro, Para la enfermedad. Para la aflicción. Poema de Hernán, el aborigen. 2 ¡Señor, mi Dios y mi salvador, día y noche estoy clamando ante ti: 3 que mi plegaria llegue a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor! 4 Porque estoy saturado… Seguir leyendo SALMO 88

Salmo: Sal 5, 5-6. 7. 12

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Salmo: Sal 5, 5-6. 7. 12 R. Señor, guíame con tu justicia. Tú no eres un Dios que ame la maldad, ni el malvado es tu huésped, ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R. R. Señor, guíame con tu justicia. Detestas a los malhechores, destruyes a los mentirosos; al hombre sanguinario y traicionero… Seguir leyendo Salmo: Sal 5, 5-6. 7. 12

Salmo: Sal 116, 1. 2

Salmo: Sal 116, 1. 2 R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos. R. R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R. R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Sal 68, 14 y 17. 30-31. 33-34. 36ab y 37
R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Mi oración se dirige a ti,
Señor, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
por tu gran compasión, vuélvete hacia mi. R.

R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.

R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R.

R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Dios salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá.
La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella. R.

R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Salmo: Sal 5, 2-3. 5-6. 7
R. Atiende a mis gemidos, Señor.

Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío. R.

R. Atiende a mis gemidos, Señor.

Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R.

R. Atiende a mis gemidos, Señor.

Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R.

R. Atiende a mis gemidos, Señor.

Aleluya Sal 118, 105
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero. R.

Sal 88, 2-3. 6-7. 16-17
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

El cielo proclama tus maravillas, Señor,
y tu fidelidad, en la asamblea de los santos.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres divinos? R.

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. R.

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Aleluya 1Cor 1, 23a. 24b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Nosotros predicamos a Cristo crucificado,
fuerza de Dios y sabiduría de Dios. R.