EMERGENCIA EN LAS RELACIONES FINANCIERAS

       Son rechazables éticamente aquellas formas de ingreso que surgen porque se crea para el comprador o para el vendedor una situación de emergencia.

          La euforia financiera de las mal llamadas épocas doradas, unida a las ilimitadas facilidades crediticias de que gozaron las sociedades dinámicas allanaron las tomas de propiedad por parte de empresas ajenas y con fines especulativos. Pero en la actual época de la Gran Crisis que comenzó el 9 de agosto de 2007 y reforzada por la pandemia mundial del COVID las posibilidades de especulación con las empresas en dificultades son enormes. Sólo en Europa se han ido cerrando multitud de sociedades en todos estos años. Las debilidades de las empresas son una baza tentadora para la especulación empresarial que cuenta con la infravaloración de algunos activos que se esperan revender a buen precio en el desmantelamiento posterior de la empresa. De la misma forma que no es ético pagar un salario ridículo a un trabajador aprovechándose de su necesidad e independientemente de su aportación marginal real al proceso productivo de una empresa, tampoco es ético aprovecharse injustamente de las situaciones de emergencia, quizàs coyunturales, de toda una organización.