12.- El fin de un equívoco

12.- El fin de un equívoco

Es difícil calcular cuánto durará aún el equivoco que opone religión a libertad, sobre todo cuando se sabe, como se sabe, que hay gente empeñada en perpetuarlo. Pero al menos es útil conocer la verdadera historia, las circunstancias que hicieron nacer el equívoco así como la obra de quienes nunca se prestaron a él y defendieron simultáneamente la hondura de la religión y el carácter casi sagrado de la libertad.
En los últimos dos siglos el mundo y, en particular Europa, ha sufrido mucho las consecuencias de pensamientos limitadores, unilaterales y, en el fondo, fanáticos. Un pensamiento dicotómico que solo es capaz de distinguir el blanco y el negro. Cuando se aspira a una mirada más abarcadora, más matizada, realidades que parecían contrarias se ven que son notas de una armonía superior. Todo lo que limita empobrece al hombre. En este sentido en toda su vigencia aquel viejo consejo de Horacio: sapere aude, atrévete a saber[67].
[67] “Dimidium facti, qui coepit, habet; sapere aude, incipe”; Epistola,  I, 2, 40; versión castellana en  Virgilio. Horacio, Obras completas, Aguilar, Madrid, 1952, p. 929: “El que empieza una cosa ya tiene hecha su mitad; atrévete a saber, empieza”.

Revolución, mundo moderno, cristianismo y libertad

Historia de un equívoco

                                                                 Rafael Gómez Pérez