5.- El mito del mundo moderno

5.- El mito del mundo moderno Aunque más preparados que muchos para entender, porque eran sus valores, la libertad, la igualdad y la fraternidad, no pocos cristianos rechazaron lo positivo de la revolución y se atrincheraron en la nostalgia de un mundo pasado que tampoco había sido realmente el suyo. Nació así el mito de… Seguir leyendo 5.- El mito del mundo moderno

2.- La fraternidad

2.- La fraternidad Es muy difícil acusar al cristianismo de no fraternidad pues fue casi el inventor del concepto y, lo que es más importante, de la práctica. Nadie en el mundo antiguo –ni siquiera gente tan profunda y honesta como Buda, Confucio y Sócrates- dijo jamás algo como “amaos los unos a los otros… Seguir leyendo 2.- La fraternidad

1.- La Revolución francesa y sus secuelas

1.- La Revolución francesa y sus secuelas La descristinianización es una realidad en Occidente, sin necesidad alguna de compararla con épocas anteriores. Se nota en las opiniones, en las costumbres (persistentes  injusticias sociales, alto nivel de delincuencia, aborto, pornografía, etc.) y en la no asistencia a los ritos religiosos. En España, donde casi  el 80%… Seguir leyendo 1.- La Revolución francesa y sus secuelas

4.- Y qué es de la igualdad

4.- Y qué es de la igualdad La suerte de la igualdad ha sido siempre más difícil que la de la libertad. En primer lugar, porque existen desigualdades naturales (en inteligencia,  altura, peso, color de la piel, etc.) que son inevitables, ya que vienen con la dotación genética; en segundo lugar, porque otras desigualdades  (en… Seguir leyendo 4.- Y qué es de la igualdad

3.- Qué es de la libertad

3.- Qué es de la libertad El furor anticristiano y en general antirreligioso de algunos periodos de la Revolución francesa hizo que, en explicable reacción, muchos cristianos (católicos o protestantes) se hicieran contrarrevolucionarios.[4] Incluso con Napoleón, que firmó en 1801 un Concordato con Roma, Pío VII, al negarse a algunas pretensiones políticas del Emperador, fue… Seguir leyendo 3.- Qué es de la libertad

          Si acabamos de reflexionar sobre el futuro también conviene ahora abrir las puertas intelectuales al pasado recreándolo. Los economistas, como todos, estamos encarcelados en el tiempo presente cumpliendo nuestra cadena perpetua particular sin esperanza de indulto antes de la muerte. Estamos siempre, y todos han estado, prisioneros de esa dinámica temporal inquietante pero que muchas veces rebosa también esperanzas pacíficas y chispazos de luz renovadora. Es peligroso atiborrarse del presente porque esa obsesión por la temporalidad inmediata no nos deja ver el modo de vivir y de pensar de quienes nos precedieron. Para ellos, lo importante y decisivo no era muy distinto de lo que es esencial también para nosotros. El rabioso presente puede sofocar las reflexiones de otras personas iguales a nosotros pero en circunstancias distintas y de las que tanto podríamos aprender. Como explica Emilio Lledó en La memoria del Logos: Emparedados en el presente, urgidos y condicionados por el mundo que nos rodea, sólo podemos respirar por la historia, por la memoria colectiva. Y es a través de esa memoria como podemos escuchar la voz de los textos y descubrir que sus mensajes no son pura letra; porque nunca nadie escribió por escribir.

Jose Juan Franch

3.- El dinamismo impredecible de la persona humana en libertad. Sus leyes universales.

3.- El dinamismo impredecible de la persona humana en libertad. Sus leyes universales. Conviene detenernos en esa característica esencial de la persona que es su libertad y -a la vez y de forma indisociable- su responsabilidad. Necesitamos hacerlo así porque en aquellas ciencias en las que interviene el hombre como sujeto activo es preciso considerar… Seguir leyendo 3.- El dinamismo impredecible de la persona humana en libertad. Sus leyes universales.

El tiempo se despierta desde la reflexión (…)

Recordar es saber, cuando brota del tiempo interior, cuando emerge de la autarquía y de la mismidad. El tiempo de la anamnesia, de la reminiscencia, se despierta desde la reflexión, o sea desde la lectura de sí mismo. Entonces se descubren significaciones, intenciones, contextos. Emilio Lledó 

LA ECONOMÍA Y LA UNIVERSIDAD

Hay una mutua interdependencia entre progreso libre y búsqueda esforzada de la verdad, entre libertad y saber. La mejora en el conocimiento científico de todas las ramas del saber, incluyendo de modo especial las ciencias humanísticas, conlleva un progreso en la libertad humana y, en último término, una mejora notable sobre el valor económico del conjunto social. Es así como una institución, aparentemente antieconómica, se nos presenta como muy cercana al centro neurálgico promotor del auténtico crecimiento económico. La institución universitaria, cumpliendo lo más perfectamente posible su misión de adquirir, transmitir y hacer crecer el conocimiento de las distintas realidades, se convierte en trampolín de progreso social y económico.

Históricamente, el nacimiento y desarrollo de la civilización europea está enraizado con las épocas estelares del protagonismo social de las Universidades, que hacía posible la unidad y universalidad del saber, y que extendía sus virtualidades sobre el quehacer práctico de toda la sociedad.

          Quizás una de las causas de las crisis económicas sobre las que se especula con tanta profusión, sea la desintegración y aislamiento de la institución universitaria. La desintegración se produce por la multiplicación de centros y especialidades que puede romper la unidad clásica de los saberes y crear un confusionismo que perjudica a la propia institución. Cada especialidad y sección del saber reclama para sí un puesto esencial y definitivo rompiendo la armonía esencial de la realidad. La Universidad se disuelve en corpúsculos autosuficientes y la unidad del saber se dispersa en ideologías independientes y fraccionarias. La especialización es positiva, pero siempre que tenga el consiguiente contrapeso de unidad integradora. La unidad del saber debería llevar al proceso contrario unificador y complementario entre las distintas especialidades. Si se pierde confianza en la existencia de realidades objetivas universales, la docencia y la investigación pierden su sentido. Si no existe un esfuerzo por acercarse a la verdad se pierde el espíritu universitario creador y, de rebote, se pierden cotas de auténtica libertad.

          Si se consiguen vencer las tendencias empobrecedoras, la Universidad puede convertirse de nuevo en protagonista importante en la mejora, también económica, de la sociedad. Enseñar a saber y enseñar a trabajar adecuadamente son fines universitarios que acaban transmitiendo su potencial al valor económico.

FUNCIÓN ÉTICA Y ECONÓMICA DEL AHORRO

FUNCIÓN ÉTICA Y ECONÓMICA DEL AHORRO Audio del autor         Ludwig von Mises dejó escrito en «La acción humana»:»Si lo consumido supera a la renta, la correspondiente diferencia constituye lo que se denomina consumo de capital. Por el contrario, si la renta es superior al consumo, la diferencia es ahorro.(…) Cada paso… Seguir leyendo FUNCIÓN ÉTICA Y ECONÓMICA DEL AHORRO